Hemos escrito mucho contenido sobre la lactancia materna, pero sabemos que muchos padres deciden optar por la fórmula para alimentar a su bebé. A la hora de almacenar, mezclar y servir la fórmula de forma segura, existen muchas pautas que deben seguirse y que pueden no parecer tan sencillas. La fórmula suele venir en diferentes presentaciones como en polvo, concentrada y lista para usar, todas ellas con instrucciones diferentes. Si estás comenzando con la fórmula, no te preocupes, pues una vez conozcas el proceso será cada vez más fácil para ti.
Aquí te contamos qué hacer y qué no:
Almacenamiento de la fórmula
Si estás usando fórmula en polvo:
- Guarda la fórmula sin mezclar en un recipiente hermético en un lugar fresco y seco. Evita las temperaturas extremas, como en el congelador o junto a la estufa.
- Puedes preparar la fórmula en polvo para usarla luego, pero debes guardarla en el refrigerador y utilizarla dentro de las 24 horas siguientes.
Si estás usando fórmula líquida concentrada o lista para usar:
- Guarda la fórmula en recipientes sellados y en un lugar fresco y seco. Evita las temperaturas extremas, como en el congelador o junto a la estufa.
- Guarda los envases abiertos en la nevera y utilízalos dentro de las 48 horas.
- Puedes preparar la fórmula para usarla luego, pero debes guardarla en el refrigerador y utilizarla dentro de las 48 horas siguientes.
Mezclar la fórmula
Antes de mezclar
Antes de mezclar la fórmula o de alimentar a tu bebé con una fórmula que venga lista para utilizar, asegúrate de que la fecha de caducidad no haya expirado. Además, habla con el médico de tu niño antes de espesar la fórmula con cereal o cualquier otra sustancia. En algunos casos, el espesamiento de la fórmula puede ayudar con el reflujo infantil, pero solo con previa autorización de un médico.
Limpieza
Cuando se trata de esterilizar biberones, tetinas y otras partes del biberón, los consejos pueden variar mucho de acuerdo con cada experto. Muchos dicen que para los bebés sanos hay que esterilizar los biberones y sus partes una sola vez, antes del primer uso. Otros, incluyendo el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, dicen que para los bebés menores de 3 meses (o para los que nacen prematuramente o con sistemas inmunológicos debilitados), las partes del biberón deben ser esterilizadas una vez al día. Si no estás seguro de que la esterilización regular sea necesaria en tu caso, consulta con el médico de tu niño para mayor orientación.
Para esterilizar las partes del biberón, simplemente sumérgelas en una olla con agua hirviendo durante 5 minutos, retíralo con unas pinzas y colócalo en un lugar limpio para que se sequen. Aunque este método es ideal para la mayoría de las partes del biberón, no olvides verificar las instrucciones del fabricante en cada caso para mayor seguridad.
Aparte de la esterilización, las partes del biberón deben lavarse profundamente después de cada uso, haciéndolo con agua caliente y jabón para luego colocarlo en un lugar de secado limpio. Los cepillos especiales para biberones y tetinas son indispensables y muy recomendables para entrar en las grietas y asegurar que todas las partes del biberón queden completamente limpias.
Además, si las piezas de tus recipientes son aptas para el lavavajillas, puedes lavarlas allí con agua caliente y un ciclo de secado caliente. ¿No tienes un ciclo de secado con calefacción? Asegúrate entonces de retirar las piezas de los biberones tan pronto como el lavavajillas se detenga y pásalas a un lugar de secado limpio. (Ten en cuenta que la AAP recientemente aconsejó a los padres NO lavar los recipientes de plástico para alimentos en el lavaplatos).
Por último, antes de abrir y utilizar los envases de la fórmula es una buena idea lavarlos. Esto ayuda a evitar que cualquier bacteria en el exterior entre en el interior del recipiente. También asegúrate de que tus manos, el área de preparación y los utensilios para mezclar estén completamente limpios.
Mezcla
Si estás usando fórmula concentrada líquida o en polvo:
- Mezclar según las instrucciones del envase o paquete con agua limpia y segura para beber (puedes encontrar más información sobre cuál agua usar aquí)
- Asegúrate de NO añadir agua extra al momento de mezclar la fórmula. Esto puede alterar su equilibrio nutricional, y en algunos casos, puede ser peligroso para el bebé.
Si estás usando fórmula lista para usar:
- ¡No necesitas mezclarla! Simplemente pon la cantidad deseada en una botella y estará lista para alimentar al bebé.
Servir la fórmula
Una vez prepares la botella, alimenta al bebé inmediatamente o dentro de no más de 1 hora. Si no la vas a usar completamente, guardarla en el refrigerador lo más pronto posible, pues pueden crecer bacterias dañinas peligrosas para el bebé.
Sobre las bacterias, ten en cuenta que también pueden crecer en los residuos que quedan luego de alimentar al bebé. Si el niño no termina completamente la fórmula, muchos padres optan por guardar los restos en el refrigerador para usarlos luego. Sin embargo, lo más seguro será tirarlos para evitar cualquier bacteria peligrosa para el bebé.
Puedes servir la fórmula fría, a una temperatura ambiente, o tibia. Los expertos dicen que no es necesario que la fórmula esté caliente. De hecho, si tu bebé se acostumbra a la fórmula caliente o tibia, significará un paso extra para ti antes de alimentarlo. Si decides calentarla, procura NO hacerlo en el microondas o en la estufa, donde puede fácilmente recalentarse. En su lugar, pon la botella bajo el agua caliente del grifo o sumérgela en un tazón de agua caliente (no hirviendo) durante uno o dos minutos. Cada vez que calientes la fórmula, pon unas gotas en tu muñeca para probar la temperatura antes de dársela al bebé.
Ahora que ya sabes las reglas básicas para almacenar, mezclar y servir la fórmula, puede que tengas otras preguntas, como cuánta cantidad es recomendable darle al bebé o cuándo es conveniente dejar de alimentarlo durante la noche. Aquí encontrarás respuestas a estas preguntas y mucho más.